DISCLAIMER: Ninguno de los personajes que aparecen en este fic me pertenecen. Son propiedad exclusiva de S. Meyer.
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CAPITULO 4: El reencuentro parte 2
Narrador en tercera persona
—Bella…—la siguió con la mirada mientras ella se alejaba de
él. Iba cabizbaja. Llevaba colgado al hombro una especie de bolso mochila
bastante grande donde supuso guardaría todo el material necesario para dar sus
clases. En su mano llevaba algo que parecía una revista o un periódico, parecía
pensativa. Estaba preciosa, para él lo más precioso que sus ojos nunca hubieran
visto. Pero…se la veía triste y una vez más se maldijo por…haberla dejado a
merced de Carlisle. Una mujer alta y rubia la cogió suavemente del hombro como
si la estuviera guiando hacia algún sitio. De repente una moto aparcó a su
lado, un chico de piel muy morena, bastante fuerte, muy musculoso y alto, bajó
de ella acercándose a Bella para darle un beso en la mejilla. Aunque no le pasó
desapercibida la mueca de fastidio que Ella puso, solo hizo caso de la oleada
de rabia dolor y ¿celos? que le invadió. Saliendo del shock momentáneo en que
había entrado al verla, solo acertó a echar a correr detrás de ella para evitar
que se...marchara con ese otro.
Bella por su parte caminaba sin ver por dónde iba totalmente
ajena a esos dos pares de ojos que la miraban completamente paralizados. El
fuerte impacto sufrido aquella mañana al ver aquella revista, le había estado
pasando factura durante casi todo el día, ahora, lo único que deseaba era
llegar a su casa y…tranquilizarse. Había decidido publicar el libro con su
nombre verdadero y así iba a ser…lucharía…no creía que él se molestase en
buscarla después de aquello pero si lo hacía…allí le estaría esperando no iba a
huir nunca más. En medio de sus pensamientos, notó como la mano de alguien la
cogía del hombro.
—¿Eh? –preguntó medio atontada mirando a Tanya como si no la
conociera.
—Bella, hoy no te debes ir sola a casa y yo…me tengo que
quedar un rato más. Nunca pensé que diría esto pero… es mejor que te vayas con
Jacob.
—¿Con Jacob?
—Sí, mira allí te está esperando –y Bella como una muñeca
rota y desinflada se dejo guiar hasta donde Jacob la esperaba. No era su
intención marcharse con él, nunca lo hacía por mucho que la insistiese pero
hoy…no tenía más remedio, Tanya tenía razón, en ese estado no podía irse sola a
su casa. Sin mediar más palabra con su amiga quien en ese momento sacaba su
móvil para llamar a alguien, aceptó si rechistar el beso de Jacob aunque no
pudo evitar la mueca de asco y fastidio, ya le dejaría las cosas claras más
tarde, se subió a ese trasto infernal que algunos llaman vehículo y le dijo a
su dueño que arrancara. Jacob, con un poco de estupefacción en su rostro puso
en marcha la moto sin preguntar nada más. Tantos años esperando que le diera
una oportunidad y parece que por fin…
Bella se marchó con Jacob en un estado de profundo y total
aturdimiento,...ahora no podía pensar. En ese momento se sintió como Escarlata
O'hara diciéndose a sí misma que ya lo pensaría mañana. Mientras se alejaba de
allí montada en ese infernal trasto, a Bella le pareció escuchar la voz de
Edward que la llamaba…pero pensó que era una alucinación...ni siquiera se la
ocurrió mirar hacia atrás.
Tanya por su parte se quedó paralizada en el sitio al
reconocer en esas dos personas que miraban fijamente a Bella, con los ojos como
platos, a aquellos de quienes Bella había huido hacía un poco más de un
año…aquellos que le hicieron tanto daño a su amiga. Tantos esfuerzos por
esconderse y de repente…ahí estaban, tan sorprendidos como la misma Tanya a
juzgar por su gesto pero…
Mientras intentaba localizar por teléfono a Peter o a
Charlotte para que fueran a hacer compañía a su amiga y así poder encarar a
ese…cerdo en nombre de Bella, repasó mentalmente lo que ella les había contado
ese fin de semana.
Por lo visto, la señora Hale, sin sospechar quien era Bella,
o al menos eso le parecía a ella, le había insistido por activa y por pasiva
que ese…noviazgo…no era…rea. Su amiga casi había estado a punto de creerlo
albergando una nueva esperanza en su corazón y dándole de paso a ella la razón
de todo lo que había llegado a pensar en todo ese año con respecto a la
historia de su amiga. Pero…los periódicos de esta mañana…decían todo lo
contrario…aunque…si el anuncio se había hecho el viernes pasado por la noche en
una fiesta privada en la mansión, ¿qué diablos hacían a aquí? tantos años
defendiéndolos y ahora iba a resultar que Bella tenía razón era un cerdo, un
cabrón y un hipócrita. Pero ese no se marcharía hoy de aquí sin escuchar las
cuatro verdades que ella le diría y sin que le explicase detalladamente que
hacía jorobando a Bella en vez de estar con su novia. En medio de su divagación
alguien contestó del otro lado de la línea.
—Charlotte ¿puedes salir corriendo a casa de Bella por
favor?, ella no se encuentra bien y se ha ido a casa con Jacob, yo me he tenido
que quedar aquí a resolver un asuntillo. Ellos han aparecido por aquí.
—¿Quiénes?, ¿los dos?, no me puedo creer la hipocresía y el
descaro que tienen ¿ha visto Bella las revistas verdad?
—Sí, las ha visto antes de que yo pudiera evitarlo, pero no
se ha dado cuenta de que ellos estaban aquí. Yo misma me he encargado de que se
fuera con Jacob, otro del que no me fío, ¿podéis ir alguno con ella por favor?
—Pero, ¿qué demonios están haciendo aquí? –exclamó Charlotte
toda enfadada expresando en palabras la pregunta mental que Tanya no hacía más
que hacerse.
—Es obvio que siendo la señora Hale la madre de la alumna a
la que ayuda, prima de ellos era cuestión de tiempo que tarde o temprano
aparecieran por aquí. Aunque no sé cómo se atreven después de...
—¿Le confirmó ella en algún momento su parentesco? –no
recuerdo que Bella nos dijera eso.
—Sí nos lo dijo, comentó que no tenía sentido tenía negarlo.
Al fin y al cabo ella vio ese cuadro nada más entrar a la casa.
—En serio Tanya no me puedo creer que tengan tanto morro de
venir aquí –dijo otra vez Charlotte.
—Pues parece ser que sí lo tienen pero tranquila yo me
encargo, tu vete con Bella, no tenía otra opción que dejarla irse con Jacob, si
se iba andando la iban a alcanzar y créeme no estaba para muchos
enfrentamientos después de haber leído esa revista. Tiene que enfrentarles y
plantarles cara pero…créeme que hoy iba muy mal.
—No te preocupes ya estoy yendo para allá.
—Ya me la han quitado —fue lo único que acertó Edward a
susurrar muy bajito viendo como la única mujer que había amado durante toda su
vida se alejaba de nuevo de él, tanto tiempo esperando reencontrarse con su
Bella, tantos discursos ensayados para que al final…se quedase paralizado,
viendo como se iba con otro y sin ser capaz de acercarse a ella. Había echado a
correr en su busca al ver que se marchaba con…ese otro…pero había reaccionado
tarde y mal. María, que estaba muy cerca de él pues las tres mujeres por
inercia habían salido corriendo detrás, escuchó su comentario.
—De verdad que tienes toda la razón mamá, siempre sacando
conclusiones sin preguntar —dijo mirando a la aludida y dejándolo totalmente
sorprendido —te quedas ahí parado, ni siquiera te acercas a ella hasta que es
demasiado tarde y encima concluyes que se ha marchado con un novio…de verdad
que los hombres a veces sois desesperantes.
— ¿Por qué dices eso? –acertó a decir totalmente
desconcertado ante la desenvoltura de la niña.
—No te hagas el tonto Edward, ella es la mujer que estás
buscando, lo sé, Emmett y mi madre me lo medio confirmaron esta mañana cuando
yo después de escuchar tu historia até algunos cabos, cabos que ellos mismos ya
estaban atando pero teníamos que estar seguros—. De repente algo hizo clic en
su cabeza, ¡menudo trío de diablillos! Porque tenía claro que su hermana no
tenía nada que ver en el asunto, ella estaba tan sorprendida como él. ¿No
podían Rose y Emmett habérselo dicho y ya está? De todas formas habría venido a
verla, y hubiera sido mejor porque le habrá dado tiempo a urdir un plan, se
dijo a sí mismo contemplando como la mujer de sus sueños desaparecía en el
horizonte.
—No sé porque mis primos te tienen que contar mi vida. Pero
como veo que ya lo sabes, también supongo que sabrás que tiene marido o novio
¿o no la has visto marcharse con él?
—Jacob —vaya si le sonaba el nombre— es una mosca cojonera
que no se entera de la parte en que la profesora Higginbotham le dice Jacob no
quiero tener contigo más que una amistad –dijo María muy segura y por el
rabillo del ojo vio como Chelsea, una amiga de ella que no tenía muy claro que
rayos pintaba allí, asentía. Pero al escuchar el apellido que dijo María dejo
ese interrogante para otro momento. De repente todo cuadró, por eso no la encontraba,
se había cambiado el apellido, no usaba el de su padre, ni siquiera el de su
madre, usaba el apellido de soltera de Marie, su abuela ¿cómo no se le habría
ocurrido?, de todos modos la estaba buscando en el continente equivocado.
—¿Y tu como lo sabes?— La verdad es que no entendía como
podía estar hablando de ese tema con una niña de quince años, pero así era. El
caso es que menuda niña…— su hermana, Jasper y su prima les miraban
expectantes. Rosalie sentía mucho haber propiciado el encuentro de esa manera
pero…era necesario ya que no estaba segura…tanto Emmett como ella no querían
alentar su ilusión para que luego se desengañara…ya lo había pasado bastante
mal.
—Bueno La profesora Denali me da clases de arte, son buenas
amigas y las he escuchado hablar. La profe Higginbotham está harta de ese
Jacob, creo que se llama, y no sabe como quitárselo de encima. Ha pensado y
todo en pedir ayuda a Mike Newton, mi profe de historia.
—Ni hablar—dijo para mi mismo— si alguien la iba a ayudar
ese era él.
—Bueno—, contestó Alice un tanto decepcionada pues su
reacción no había sido mejor que la de su hermano, por lo menos en el último
minuto habían salido corriendo detrás de ella pero todo fue en vano –de momento
se ha marchado por lo que hoy no hay nada que hacer, así que… vámonos.
—Pero mañana podrías volver, yo saldría con ella poniendo
como excusa que me explique un trabajo que ha mandado. Podrías quedar,
invitarla a salir y así habláis. Edward, ¿qué tienes que perder?
—¿Y tú qué interés tienes? – Le preguntó, mirando divertido
a esa aprendiz de Celestina. Eso era exactamente lo que tenía pensado hacer,
claro que la parte en que María lo ayudaba no se le había ocurrido. Pero la
hijastra de su primo no contaba con el hecho de que Bella era muy lista y terca,
se daría cuenta del complot y se negaría a salir con ella, es mas…puede que
huyese por una puerta trasera pensó con horror.
—Es importante para Emmett, tú eres su familia y te quiere
mucho. Le joroba un montón cuando te ve en la tele o las revistas del brazo de
esa Ángela quien según mi padrastro es una caza fortunas sin escrúpulos. Yo
quiero resarcirlo por lo mal que me he portado. Y además La profe Higginbotham
me cae muy bien, ella me ayudó a apreciar a Emmett —así que esta es la famosa
profesora del milagro, pensó Edward para sí mismo otra vez, ¿por qué no le
extrañaba?
—Claro no podría ser otra –dijo Alice con aire pensativo
pues en ese momento, mentalmente hablando, estaba pasando por la misma
elucubración que su hermano. Rosalie permanecía callada dejando a su hija todo
el trabajo y emocionada ante sus palabras. Jasper miraba de uno a otro
siguiendo la conversación un poco perdido y desesperado por no poder aportar
alguna idea brillante.
—Como novia tuya mi profe me parece perfecta— seguía diciéndole
María si hacer caso del comentario de Alice —y no esa mujer de dudosa belleza y
totalmente artificial que se cuelga de tu brazo agarrándote como si fueras a
salir corriendo. ¿De verdad pretendes casarte con eso? Puafffffffff
Edward se echó a reír viendo una clara muestra del efecto
Ángela en la hijastra de su primo.
—Vaya veo que hasta en otro continente las noticias vuelan
–dijo sabiendo de antemano que siendo quien era, sus correrías y andanzas
amorosas serían objeto de interés en cualquier parte del globo, aunque estas
fueran inciertas y erróneas. Un extrañó desasosiego le invadió al pensar en
eso, seguro que Bella también había visto y leído esos periódicos y revistas—.
Para tu información señorita –le dijo a María mirándola fijamente —, te diré que
no creas todo lo que veas. Odio a esa mujer con todas mis fuerzas y es ella la
que se pega mí. Si me conocieras mejor adivinarías por la expresión de mi cara
lo mucho que me molesta —Edward no sabía muy bien porque demonios le estaba
explicando a una adolescente de quince años sus problemas amorosos, pero el
caso es que esa jovencita tenía algo y…se había ofrecido a ayudarle. Su prima
observaba con atención ese intercambio entre los dos. Su primo había vuelto de
donde quiera que estuviese…sí señor, ese era el Edward que había conocido la
primera vez que Emmett se lo presentó y no el que había vegetado más que vivido
durante el último año.
—Os aviso que la profesora Denali viene para acá y no parece
muy contenta –dijo de repente María un poco asustada. Todos siguieron la
dirección de la mirada y se encontraron con la hermosa mujer alta y rubia que
había llevado a Bella hasta esa moto. Efectivamente se dirigía hacia ellos con
una actitud tan beligerante que todos dieron instintivamente un paso hacia
atrás.
—¿Se puede saber que se proponen ustedes?, ¿cómo tienen la
cara de aparecer por aquí después de que…
—Esto…profesora Denali antes de que diga nada de lo que
pueda arrepentirse le diré que mis primos llevan aquí desde el mismo viernes
por la noche. Y sus intenciones para con su amiga son las mejores –dijo Rose
poniéndose delante de Edward y Alice.
—¿Entonces como explica usted qué…?
—Eso mismo quisiéramos nosotros saber. Es la pregunta del
millón.
—¿De qué se supone que habláis? –preguntó Edward confundido.
—Primo creo que debemos ir a casa, tenemos que hablar.
Señorita Denali ¿quiere usted venir?, es buena amiga de Bella y…necesitamos su
ayuda.
—¿Mi ayuda?
—Créame cuando haya escuchado esto cambiará de opinión.
—Eso espero porque les advierto que Bella además de mi amiga
es una chica excepcional que ha sufrido mucho por…su culpa –dijo señalando a
Edward directamente cosa que hizo que a este se le encogiera el corazón –y no
pienso consentir que la hagan más daño. Les sigo con el coche, no me pienso mover
de su lado hasta no haber llegado al fondo de este asunto y entonces...ya veré
si merecen mi ayuda o no.
Edward confundido por esa extraña conversación y esas
amenazas provenientes de aquella mujer que no conocía y totalmente devastado al
confirmar que su Bella había sufrido mucho, ayudó a subir al coche a Rose, a
María y a Chelsea mientras que Jasper ayudaba a Alice. Mientras tanto,
recordaba como Emmett, Rose, sus tíos y sus amigos más cercanos se quedaban
impactados ante la noticia de que había aceptado casarse con Ángela.
Es precisamente en casa de su tía Elizabeth, la madre de
Emmett, donde había pasado gran parte de esa horrible noche. Su tía era para él
como su verdadera madre y no la que decía serlo…por lo menos en apariencia a
juzgar por lo de ayer. Ella siempre le comprendía y apoyaba en los momentos
difíciles. Sabía su historia con Bella y siempre estuvo de acuerdo con lo que
Alice decía, ¿por qué no las habría escuchado?
Recordó la reacción de Elizabeth cuando abrió la puerta de
su casa y le vio allí, sucio, desaliñado y mojado por las lágrimas. Le increpó
directamente preguntándole como era capaz de comprometerse con una mujer a la
que odiaba. Elizabeth era muy temperamental y cien por cien pro Bella, a pesar
de que no la conocía. Un buen rato le costó calmarla para poder decirle que
había sido una especie de trampa pues sus padres y Ángela sabían muy bien que
si hacían correr el rumor de que pronto habría un compromiso oficial, por el
prestigio de la familia y el bien de la empresa él no era capaz de
negarse…suficiente había hecho con conseguir aguantar todo un año. Su tía ya
más calmada le cubrió con un reconfortante abrazo pues para cuando terminó de
contarle estaba sentado en uno de los sillones de la casa llorando como un
niño. Y pensar que estaba convencido de que Carlisle era tan victima como él.
Pero todo había dado un giro de ciento ochenta grados cuando
Alice al día siguiente le llegó con la noticia que había estado tantos meses
esperando escuchar, justo a tiempo de evitar el desastre anunciando ese
compromiso. En estos precisos instantes el prestigio de la familia le daba
igual, la empresa ya salía adelante solita, así que de ninguna manera se iba a
casar con esa mujer ahora que había encontrado a Bella.
Dejaron a María y a su amiga en la casa de esta última.
Cuando llegaron a la de su primos se bajó del coche dispuesto a averiguar que
era exactamente lo que les había llevado tanto a Rose, como a Emmett, como a su
hijastra a sospechar que la profesora del milagro era Bella y…sobre todo le
tendría que explicar porque no se lo había dicho ya que así hubiera tenido
tiempo de preparar un plan y no quedarse con la boca abierta de la impresión
viendo como se marchaba con otro.
—¿Por qué no me lo dijisteis Rose? –le increpó una vez
estuvieron dentro de la casa con Tanya incluida y sentados en los sillones del
salón.
— Edward, como ya habrás averiguado, es gracias a ella que
María ha cambiado su actitud hacia Emmett. Así que pedí una cita en su hora de
tutoría para agradecérselo. Ella no sabía quién era yo pues me identifiqué como
Rosalie Hale y no como Rosalie Cullen, ni que decir tiene que María lleva el
apellido de su padre no el de Emmett. Yo tampoco sabía quién era pues María se
refiere a ella como su tutora o señorita Higginbotham, además te recuerdo que
nunca la conocí personalmente. Así que cuando entré a su despacho no sospeché
absolutamente nada a pesar de que ella misma me dijo que la llamase Bella, pero
¿Cuántas Isabellas puede haber en esta vida? Estuvimos hablando de un montón de
cosas y la invité a cenar esa misma noche en casa. Nada más entrar por la
puerta vio ese enorme retrato nuestro colgado del recibidor…Edward, se quedó
impactada mirándolo, blanca como una piedra, como en shock, hubo un momento en
que temí que se fuese a desmayar, fue entonces cuando empecé a relacionar el
nombre de ella con él de tu chica perdida. Cuando recuperó el habla me
preguntó, como quien no quiere la cosa si éramos familia y yo le dije la
verdad, no tenía porqué mentirle. Estuvimos hablando durante la cena…por lo que
decía y lo que no decía… tanto Emmett como yo intuimos que estaba o…estuvo
enamorada de alguien que la mintió diciendo ser lo que no es. También hacía
mucho hincapié en tu noviazgo con Ángela y en los felices que se os veía a los
dos juntos…parecía que lo decía con…rencor. Me dio la impresión de que con sus
palabras nos lanzaba un claro mensaje…algo así como una indirecta. Emmett se
apresuró a aclararle que era una máscara, algo a lo que te veías obligado por
un pacto que se hizo cuando naciste y al que no tuviste más remedio que decir
sí, ya que la mujer a la que de verdad amabas se marchó…sin decir adiós ni dar
ninguna explicación. Aprovechamos para decirle que habías estado buscando a esa
mujer desesperado y loco de amor todo este tiempo. Ella nos contestó con una
extraña actitud defensiva que a lo mejor esa mujer tuvo motivos para marcharse
o que quizás se vio obligada a hacerlo. Te juro que, nuestra única intención
era que se enterara de la verdad aunque fuera de esa forma tan indirecta ya que
ni ella nos dijo quien era ni nosotros le dijimos que pensábamos que era esa
chica. No estábamos seguros Edward…por eso no te lo dijimos…pero todo parecía
cuadrar…su nombre de pila, descripción física, la historia que me contó. Me he
acercado a ella todo lo que he podido como una amiga más, una buena amiga, le
he hablado de ti…de lo desesperado que estabas por encontrar a esa mujer…
—¿Y yo porque no me he dado cuenta de eso?
—No tengo la menor idea señorita Denali, eso se lo tendrá
que preguntar a Bella, yo no me he ocultado.
—Vale de acuerdo, tiene razón. El caso es que de vez en
cuando las veía hablar o ir a tomar un café pero nunca pensé…no hasta que ella
nos lo contó este fin de semana. ¿Son ustedes los que le han propuesto publicar
ese libro verdad?
—Sí así es –contestó Alice –fui yo quien leí su historia y
me puse en contacto con ese tan Vulturi, no queríamos asustarla. La historia lo
vale señorita Denali, es muy buena, siempre lo fue. Pero nuestra única
intención fue siempre dar con ella, encontrarla y...que hablaramos.
-Pues lamento decirle que no han logrado evitar asustarla,
ella sospechaba algo y entre su propuesta y su presencia señora Hale, mi amiga
ha estado pasando unos días muy malos –respondió Tanya mordaz y a Edward de
nuevo se le encogió el corazón. Pero volvió a encarar a Rose .
—Rosalie, ¿cuánto tiempo hace de esto?— Le preguntó
malhumorado Edward —¿no podíais haberme dicho algo antes?, sabéis mejor que
nadie lo ansioso que estaba por encontrarla.
—Sí, pero que quieres que te diga, primero no sabíamos si
era ella o no; segundo, teníamos que encontrar una excusa para invitarte a
venir a casa y…propiciar un encuentro, algo menos brusco aunque… Edward
pensábamos que teníamos tiempo pero desde ayer…, menos mal que Alice encontró
esa pista pues yo ya tenía pensando llamarte para decirte que vinieras y que
saliese el sol por donde fuera, ¡primo por Dios!, ¿cómo dejas que tu padre
gobierne tu vida de esa forma?
—Ni yo mismo lo sé Rose, ni yo mismo lo sé. Carlisle me ha
tenido siempre muy engañado, nos ha...tenido siempre engañados –dijo pasándose
de nuevo las manos por el pelo y mirando a su hermana.
—Querías estudiar solo literatura y él decidió que
estudiaras literatura y administración de empresas…, querías a Bella y…al final
entre los tres terminaron separándote de ella.
—Rose…ella tiene una especie de novio, la he visto subiendo
con él a una moto al salir de la escuela ¿no crees que es demasiado tarde? —le
dijo con la esperanza de que confirmara lo que había dicho María.
—Ese es Jacob Black, un amigo de la infancia –dijo Tanya
entonces saliendo de su estupor pues aun no se enteraba muy bien de que iba la
cosa y aun no había explicado lo que ponía en esa revista.
—Edward –intervino Alice —, ¿no te acuerdas de él? Bella nos
contaba que iba detrás de ella desde bien pequeña y que la tenia harta, que no
sabía cómo zafarse de él, hasta la siguió a España. Es evidente que también la
ha seguido hasta aquí.
—No exactamente, por lo visto se encontraron por casualidad
un día por la calle y bueno…ella cometió el error de darle su teléfono,
dirección y lugar de trabajo y ahora…no sabe como quitárselo de encima –volvió
decir una Tanya que no sabía muy bien porque estaba dando tanta información.
—Ella dice la verdad Edward –dijo Rosalie —después de
nuestro encuentro y aquella cena, siempre quedo con ella para tomar algo cuando
voy a por María, ya te digo que he intentado acercarme y ser su amiga. Un día
fui testigo de una discusión que mantuvo con él porque está harta de que vaya a
buscarla a clase y además con esa especie de trampa mortal a la que él llama
moto.
— ¿Y ella pensaba que hoy no ibas? –le preguntó alzando una
ceja.
—Esto…pues…
—¿No te habrá buscado y me habrá visto a mí en el proceso?,
salía muy cerca de María casi daba la impresión de que iba con ella… —le
preguntó temeroso de que así lo hubiera hecho aunque eso explicaría el porqué
decidió irse con ese energúmeno en la moto, una forma como otra cualquiera de
huir de él
—No, no le ha visto iba totalmente impactada por…algo que
había leído, yo misma la he obligado a irse con Jacob en la moto a pesar de
que…es la primera vez que lo hace y la última persona con la que se hubiera
marchado –Edward suspiró aliviado al descubrir que entonces no había vuelto a
huir de él sino que simplemente no le había visto. Pero de nuevo se encaró con
Rose.
—Rosalie no puedo creer que no me hayáis contado que
sospechabas que esa mujer era mi Bella y no quiero ni pensar que ella confiase
en ti lo suficiente como para darte su versión de lo que ocurrió esa noche
aunque…después de hablar ayer con papá lo tengo más que claro y ni siquiera
puedo pensar en cómo debió sentirse.
—No quería hacerte concebir falsas ilusiones después de lo
mal que lo has pasado. Edward, a pesar de que he intentado ser su amiga es una
mujer muy hermética, supongo que porque sabe quién soy. No me ha contado nada
más de lo que ya te he dicho. Pero te sugiero que ya sabiendo donde está, vayas
a buscarla. Simula un encuentro fortuito con ella tal y como quería hacer yo
hoy, invítala a salir. Hablad, te aseguro que no te vas a arrepentir
Edward...pero…
—Señorita Denali ¿puede ayudarnos con eso?
—Estaría más que encantada pero antes me tendrían que
aclarar ciertas cosas…
—Sí ahora iba a ese punto.
—¿Qué sucede?, ¿qué problema hay?
—Bueno ella lee periódicos y revistas…se ha formado una
opinión equivocada de ti eso es algo que me deja muy claro siempre que habla
conmigo, ya te digo que tengo la sensación de que lanza indirectas…es como si
te enviara un mensaje a través de mi. Ángela y tú salís juntos en muchas de
esas revistas. Esa mujerzuela siempre se ha autoproclamado novia formal tuya y
sabes que ha simulado muy bien ante los medios el papel de víctima. Edward… ya
sabes que alguna vez se te ha visto cenando o yendo al cine con otras mujeres…
ella no sabe que tú no has llegado a más que a una simple cita para ver si
conseguías quitarte de en medio a Ángela y… ha sacado sus propias conclusiones…
se pregunta cómo es posible que humilles de esa manera a la que se supone que
es tu novia dejándote ver con otras. Yo he intentado aclarárselo pero...tienes
que hablar con ella Edward. Sobre todo después…
—¿Después de que…? –su prima a modo de respuesta le dio una
revista con fecha de ese mismo día. En él Esme y Carlisle Cullen junto Bianca y
Benjamín Weber tenían el placer de anunciar el compromiso de su hijo Edward
Anthony Cullen con Ángela Weber. El anuncio del compromiso había tenido lugar
el viernes anterior por la noche en una espectacular cena en el hogar de los
Cullen. Junto a la noticia había una foto de él junto a Ángela. Los dos
parecían muy felices y sonrientes. Así mismo, el periódico aclaraba que la boda
se celebraría en dos semanas.
–Esto ha llegado en el correo de esta mañana…—le aclaró su
prima —no te hemos querido decir nada hasta que no la vieras y comprobase que
era ella. Además es la noticia principal en todas las cadenas de televisión, no
se ha hablado de otra cosa es…la noticia del fin de semana, ha sido muy difícil
ocultártelo.
—Bueno ahora por fin me voy a enterar de que va todo esto
–dijo Tanya mirando la revista.
—¿Cómo han sido capaces?– se preguntó Edward en voz alta
haciendo dar un respingo en el sitio a su hermana, a Jasper, a Tanya y su prima
–le dije a papá específicamente que no anunciara nada, que rompía el compromiso
pero veo que ha hecho lo que le ha dado la gana. Me lo advirtió antes de salir,
me dijo que no lo consentiría. Esto me dificulta mucho las cosas Rosalie.
¡Maldita prensa del corazón!, Isabella Marie Swan jamás saldría con un hombre
comprometido y yo lo estoy, aunque no por mucho.
—Perdón pero me he perdido, vamos a ver. Según su prima
usted lleva aquí desde el viernes por la noche, mismo día y misma noche en que
se supone estaba cenando al otro lado del mundo anunciando su compromiso. Esta
usted diciendo que le dijo a su padre que eso se suspendía y por lo visto su
padre ha hecho lo que le da la gana. Pero el de la foto es usted ¿Cómo explica
eso?, ¿cómo puede estar en dos sitios a la vez al mismo tiempo?
—Porque ese de la foto no soy yo, mi padre ha utilizado a un
doble, un actor que guarda un gran parecido conmigo y que no es la primera vez
que asume mi identidad por…motivos que ahora no vienen al caso contarle, pero
sí le diré que yo mismo le contacte para solicitar…sus servicios.
—¿Su padre ha hecho eso sin su consentimiento? –exclamó
Tanya completamente anonadada.
—Créame señorita Denali que mi padre ha hecho eso y mucho
más, él es el culpable de que Bella y yo estemos separados. Yo la amaba con
locura, señorita Denali, la amo todavía con la misma intensidad del primer día,
nunca dejare de amarla, jamás podré amar a otra, me he pasado todo este tiempo
buscándola, nos pusieron una trampa, yo confié en mi padre y…—Edward entonces
se dispuso a contar a Tanya su versión del asunto y Tanya entonces le contó a
un horrorizado Edward toda la historia que Bella les había contando sin omitir
ni una coma. Desde la primera palabra que cruzo con Carlisle hasta que fue a su
apartamento y vio a Ángela desnuda. Sintió como si estuviera traicionando a su amiga
ya que era ella quien debía y tenía que contarlo pero estaba en su naturaleza
el no poderse callar.
—¡Dios bendito, mi Bella, pobre niña mía, como lo habrá
pasado! –dijo entonces Edward derrumbándose en un sillón totalmente abatido y
desesperado.
—Lo ha pasado muy mal señor Cullen pero…creo que todo esto
se hubiera evitado si ella no hubiese huido y lo hubiera enfrentado y usted,
usted tenía que haberle dicho la verdad y no dejarla sola con ese hombre. Ya sé
que pensó que estaba de su parte…que su novia estaba por allí pero…la dejaron
sola y ella no tuvo ninguna opción. Los dos cometieron sendos errores.
—El más grave de todos fue confiar en mi padre, señorita
Denali, el más grande –dijo Edward desesperado.
—Creo que la señorita Denali tiene razón pero ahora no hay
tiempo para lamentaciones –dijo entonces Jasper—, hay que encontrar una
solución y sobre todo propiciar un encuentro entre los dos para que hablen.
—Señor Cullen –dijo entonces Tanya…
—Edward por favor, llámame Edward y de tú.
—Edward conozco lo suficientemente bien a mi amiga como para
saber que aunque acepte hablar contigo, no consentirá en tener ni siquiera una
amistad mientras sigas comprometido con esa mujer –dijo entonces Tanya muy
convencida de lo que decía.
—Eso es muy cierto, lo primero que tienes que hacer es
desmentir esto…tienes que romper el compromiso. Está más que claro que este de
la foto no eres tú –le dijo Emmett que en ese momento entraba por la puerta de
la casa y había escuchado el final de la conversación.
—Sé que Ángela se iba de compras a Francia después de
anunciar el compromiso antes de que yo lo anulara, en cuanto vuelva de su viaje
me va a escuchar…la obligaré…y en cuanto a mi padre.
—Que considerado eres — simplemente convoca a la prensa y
diles que no hay compromiso ni boda. Cuéntales una milonga gánate por una vez
el papel de malo de la película que Ángela te ha adjudicado desde hace tiempo
–volvió a decir Emmett.
—No puedo hacerlo así Emmett. El prestigio de la familia
francamente me da igual y a las dos únicas personas que me importan de ella
también os da lo mismo. Pero las acciones de la empresa podrían resentirse y
eso son palabras mayores…, mucha gente depende de nosotros…tenemos que
anunciarla ruptura entre los dos, argumentando que fue un error…
—¿Y crees que ella estará dispuesta a hacerlo?— pregunto
Rosalie sarcástica –Edward eso que pretendes es una utopía, sabes de sobra que
esa zorra una vez pillada tu fortuna no la soltara tan fácilmente.
—De verdad es que aun no entiendo…no puedo creer que papá…
—Pues créetelo Edward… al fin y al cabo tu padre es el
artífice del contrato, tu madre solo es un simple títere –le dijo su primo que
sabía perfectamente y desde hace tiempo como era su tío ya que él mismo había
sido víctima de él cuando quiso casarse con Rose, pero había callado para no
dañar a Edward y Alice.
Y así fue como esa misma tarde, Edward convocaba una rueda
de prensa de urgencia en el edificio que la editorial tenía en New Haven, para
romper formalmente el compromiso argumentando que se había hecho a sus espaldas
y sin su consentimiento. Él ni siquiera estaba en esa fiesta y la maldita
fotografía era un montaje para la cual habían utilizado un doble. No lo podía
creer…su padre…había utilizado un doble…alguien que podría hacerse pasar por él
para hacer creer a la prensa que estaba en esa fiesta. Luego solo habían hecho
falta unos cuantos retoques y…todo solucionado ¡Qué falta de escrúpulos!, no
tuvo ningún inconveniente en decirle todo eso a los periodistas. A la porra la
familia, a la porra la empresa, todo le daba igual.
Después de cerciorarse de que saldría publicado en la
primera edición de la mañana se fue a dormir o por lo menos a intentarlo.
Al día siguiente a la hora de salida de las clases, Edward
estaba apostado justo en la puerta del colegio, esta vez no dejaría que Bella
se escapase, no sin antes hablar con ella. Y, por si acaso salía por otra
puerta tenía un plan, Tanya le daría un toque al teléfono y saldría detrás de
ella, Alice estaba apostada en la otra puerta de salida, María le iba a poner
una excusa para que saliera con ella. Pero no hizo falta hace nada de eso.
Cuando la vio salir el corazón se le encogió para luego
estallar de emoción cuando ella se dirigió directamente a donde estaba. Tenía
un ejemplar del periódico de ese día en la mano.
—Tanya me ha dicho que deje de escapar y hable contigo, que
no me arrepentiré y he decidido hacerla caso. El caso es que ya lo tenía
decidido desde antes. Ayer no te vi, estaba un tanto conmocionada por cierta
noticia que había leído, noticia que parece que no es cierta, según dice en
este periódico. Aquí estoy Edward. No tengo nada más que perder. Me gusta estar
en New Haven y no pienso volver a huir. Será mejor que hablemos, tienes mucho
que explicarme Edward Cullen.
—¿Y tú no? –le dijo mirándola con adoración.
—Bueno…fue tu padre él que me dijo que tu le habías pedido
que se deshiciera de mi por ti, y él muy amable me dijo que me marchase y me
quitase del medio porque tú tenías novia formal y no pensabas dejarla, que yo
había sido una mera distracción, solo eso. ¿Qué querías que hiciera?
—Preguntarme primero a mí.
—¿Por qué piensas que iba a hacer eso?, ¿para qué me iba a
quedar a preguntarte?, ¿para rebajarme más?, si estaba todo muy claro. Me
dejaste sola con él, me tiraste a los tiburones mientras tú te dedicabas a
beber y a pasarlo bien con…tu novia.
—Yo no veo que todo estuviese tan claro, tenías que haberme
preguntado, las apariencias a veces engañan ¿dónde quedó la confianza, todo lo
que habíamos vivido juntos en la universidad?
—¿Me hablas de confianza cuando tú fuiste el primero en no
confiar en mí? Edward me ocultaste cosas, no me dijiste quien eras en realidad,
me tratasteis como una cualquiera. No fui yo la que metió un cheque en tu bolso
por una asquerosa cantidad de dinero. ¿Sabes cómo me sentí?, me sentí sucia,
una vulgar ramera una… y aun así me enfrenté a tú padre sola como buenamente
puede aunque nunca tuve ninguna opción de triunfar, mientras tu solo me mirabas
sonreías a tu novia y bebías, de vez en cuando me echabas una mirada a mi
y...nada más. Alice había desaparecido y yo...no tuve nunca ninguna opción
contra ese hombre. A pesar de todo esto, al día siguiente fuí a tu casa para
enfrentarte , tirarte el cheque a la cara, pedirte explicaciones y decirte que
tu padre me había amenazado pero vi a tu novia desnuda en la ventana y supuse
que no era momento de interrumpir –dijo Bella con sarcasmo —me mentiste Edward
me hiciste creer que eras otra persona, que…no tenias compromiso ninguno que…De
todos modos yo también cometí un error muy grande y ese fue huir antes de
descubrir la verdad, estaba rota, estaba hundida, asustada y sola pero aun así
te pido que me…
Pero no pudo terminar de hablar porque Edward al ver cuánto
amor había en esa mirada y en esas palabras se tiró hacia sus labios y junto
sus bocas en un apasionado beso que puso fin a la discusión…por lo menos de
momento. Sus lenguas se encontraron justo en el mismo instante en que Edward le
pidió permiso para penetrar en su boca, los labios de ella se separaron y se
hizo la conexión. Sus lenguas jugaron a amarse.
—Te amo señorita Swan, no sabes cuánto te amo y lo mucho que
te he echado de menos. No te puedes llegar a imaginar lo desesperadamente que
te he buscado por todas partes. Hablemos todo lo que haga falta, pero quiero
que sepas que te adoro, siempre te adoré, pensé que mi padre iba a ayudarnos,
esa misma noche te iba a contar quien era en realidad. Yo no te dejé sola, al
menos no era esa mi intención, solo quería apartar a Ángela de tu lado, ella es
una autentica víbora, no quería que te hiciese daño por eso estaba junto a ella
y mi madre…controlándolas. Yo…le dije a mi padre que había que suspender ese
compromiso, que me había enamorado de una preciosa y estupenda chica…él
prometió ayudarme…me pidió que le dejara hablar contigo a solas mientras yo
entretenía a Ángela y a mamá y como digo lo vi una buena idea ya que me daba
pavor que Ángela te hiriese. Bebí mucho eso es cierto pero fue porque…estaba
nervioso quizás mi subconsciente quería decirme que no me fiara de Carlisle
pero mi mayor error fue confiar en mi padre. No me voy a marchar de aquí sin ti
–le dijo con ella aun en sus brazos mientras seguía rozando su boca con sus
labios y lengua. Se negaba a soltarla y parecía que Bella tampoco se quería
separar—. Vamos a solucionar esto de una vez por todas y para siempre cariño,
eres mi vida, no puedo concebir un futuro sin ti, dame esa oportunidad. Nos
tendieron una trampa y los dos caímos como tontos. Fue mi culpa porque tenía
que habértelo contado todo antes pero…yo solo quería que me amaras por mí mismo
–le dijo apretándola más contra sí con toda la ternura de la que era capaz una
vez que hubieron roto la conexión de aquel mágico beso. Alice, Rosalie, María,
Tanya, Jasper y hasta el mismo Emmett les miraban desde la distancia.
—Bueno creo que también tengo mi buena parte de culpa por
huir y no confiar en ti o por lo menos hablar contigo, mi única excusa es que
me hundí, tu padre me amenazo y aun así intenté resistirme todo lo que puede
pero al final…me hundí del todo al ver a aquella mujer en la ventana. En ese
momento pasaron por mi cabeza mil y una imágenes de vosotros dos...juntos y
tiré la toalla —dijo Bella horrorizada al descubrir que Edward había sido tan
victima como ella, quizás más victima aun y ella se había marchado rindiéndose
y dejándolo solo, Tanya tenía razón, y todo por...ese hombre malvado que la
hundió de tal manera que la incitó a ser una cobarde –Edward perdóname por
favor, perdóname por irme así.
—Te perdono con la condición de que me perdones tu a mi
también, te dejé sola Bella, y eso fue otro grave error. Y ahora ¿podemos ir a
algún sitio a terminar de hablar?
—Por supuesto, vamos a mi casa.
Horas más tarde, y junto a un café, los dos estaban sentados
en el salón de la casa de Bella, aclarando las cosas, solucionando problemas.
Ella le contó todo lo que su padre le dijo, que actuaba a instancias de Edward,
sus amenazas, como la hicieron sentir sus palabras y…el cheque que apareció en
su bolso junto a la nota, nota que Edward leyó horrorizado. Edward le contó que
Carlisle era un falsificador nato, que sabía a la perfección imitar su letra y
la de muchos de sus empleados y no era la primera vez que utilizaba esa
habilidad. Bella le volvió a pedir perdón por haber huido de esa manera explicándole
que se sintió rota, humillada y sola. Él le pidió perdón por dejarla a merced
de su padre, por no haber estado ahí para ella, solo se quedó con Ángela para
protegerla de esa zorra pero su mayor error fue confiar en su progenitor. Le
aclaró que le habían emborrachado y la razón de porqué Ángela estaba desnuda en
su apartamento esa mañana, le juró que no había pasado nada. Le dijo que había
salido a buscarla. Bella se sintió muy mal por haber desconfiado así de él
cuando nunca le dio motivo para hacerlo y así se lo hizo saber. Edward le
aseguró que le pensaba decir esa misma noche que la amaba y confesarle quien
era. Le explicó que si no lo hizo antes era porque necesitaba que alguien le
quisiera por sí mismo no por el montante de dinero que tenía o por ser el
príncipe heredero de un gran imperio. Bella le preguntó por todas esas mujeres
que a diario salían con él, Edward le confesó que nunca salió con ninguna que
era...ese actor que su propio padre había utilizado como doble quien salía con
esas mujeres por él como parte de un plan que él mismo urdió para alejar a
Ángela de su lado y hacerla desistir del compromiso. Le confesó que al
principio, dolido y rechazado, se había metido en la cama de alguna que otra
modelo o actriz que solo buscaba fama y dinero...fueron solo unas pocas semanas
hasta que…Alice, sus primos y su tía le hicieron recapacitar.
Los dos terminaron de rodillas en el suelo frente a frente,
mirándose a los ojos, chocolate contra zafiro, pidiéndose perdón mutuamente y
fuertemente abrazados. Ambos perdonaron, como no iban a hacerlo, si se amaban
con locura y los dos fueron víctimas de un lobo que parecía un cordero.
Bella le dejó bien claro que tenían que ir poco a poco, sin
prisas…no quería precipitarse…toda esta situación le había hecho mucho
daño…necesitaba sanar. Expresó su miedo hacia su padre, su madre…Ángela. Edward
le dijo que esperaría todo lo que le hiciera falta pero que no pensaba regresar
sin ella. De hecho no pensaba regresar. Le prometió que por su familia no se
preocupara… lucharía contra quien fuera necesario en defensa de su amor. Si el
imperio Cullen se iba a pique que se fuera, aunque le preocupaban y bastante
las personas que trabajaban allí, personas inocentes que no tenía la culpa de
los tejemanejes de su padre…pero ya pensaría en una solución…de momento solo le
importaba recuperar a su chica…lo demás ya lo solucionaría a su debido tiempo.
Bella le dio las gracias por aceptar ese tiempo, por
quedarse con ella, por defenderla ante quien hiciera falta y una vez más le pidió
perdón por haber huido de esa manera.
Terminaron de pasar la noche los dos juntos en la cama de
Bella, abrazados fuertemente, aspirando el olor del otro, sintiéndose, dejando
que sus cuerpos se reconocieran de nuevo y que sus mentes y almas volvieran a
hacer la conexión.
A la mañana siguiente unos muy ansiosos Tanya, Peter y
Charlotte se presentaron en el apartamento en espera de unas noticias que no
pudieron ser mejores. Bella les dio las gracias a sus amigos…por todo y como a
buen entendedor pocas palabras bastan, los tres entendieron perfectamente.
Pero lo más emotivo fue el reencuentro de dos amigas que por
culpa de ese lobo tuvieron que dejar de serlo. Alice y Bella se abrazaron,
lloraron, rieron y prometieron que a partir de ese momento su amistad sería
eterna. Alice le dijo que ella tampoco regresaría a Escocia, se quedaría aquí,
tenía tres buenos motivos para hacerlo, su hermano, su recién recuperada amiga
y…Jasper.
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Hola de nuevo. Bueno
pues ya se han encontrado, han hablado y han aclarado las cosas. Realmente los
dos cometieron errores y cayeron en esa trampa que Carlisle les puso.
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