sábado, 7 de enero de 2012

RECUPERANDO TU AMOR. CAPITULO 28: MI HEROE






DISCLAIMER: Ninguno de los personajes que aparecen en esta historia me pertenecen, son propiedad exclusiva de S. Meyer, yo solo juego con ellos.



Capitulo 27: Mi Heroe.
Pov Gaby
Estábamos abrazados los tres muy quietecitos. Teníamos frío pero al estar así de juntos parecía que se nos pasaba. Claire estaba en medio de nosotros y nos protegía con sus brazos todo lo más que podía mientras miraba alrededor murmurando cosas como piensa Claire alguna manera tiene que haber de salir de aquí. Si hubiera alguna forma de llegar hasta aquella ventana.
Estábamos tan tranquilitos jugando con Claire y Rachel en el jardín que no oímos que llegaba gente. Recuerdo que aparecieron dos señoras muy simpáticas que se pusieron a hablar y jugar con nosotras. Una de ellas era policía como mi papi y la otra me contó que era la novia de un compañero de mi papa y del tío. De repente aparecieron  unos señores con esas cosas en la mano iguales a la que tiene mi papi y que él me había prohibido tocar. Mis primos decían que se llamaban pistolas y que a ellos su padre también les tenía prohibido tocarlas. Yo nunca había visto como funcionaba ninguna, ni siquiera la de tito Jacob hasta el día que nos atacaron en Jacksonville. Las  señoras que estaban con nosotras se pusieron al lado de esos señores como si estuvieran con ellos.  Vi como Rachel estaba tumbada a mi lado con los ojitos cerrados como si estuvieramuerta y tenía mucha sangre alrededor y yo me asusté mucho;  otros dos hombres que tenían en su mano también pistolas de esas,  se pusieron delante  nuestro  como si estuvieran  defendiéndonos igual que aquella  vez. Se oyeron muchos ruidos similares a los de aquel día y gritos, vi como uno de ellos se caía al suelo manchado de sangre  y al poco tiempo vi como el otro se caía también. De repente alguien me cogió por detrás y me dormí…  
Cuando desperté  me encontré en esa oscura habitación al lado de mis primos y de Claire.  Mis primos no recordaban nada al igual que yo. Tony de repente se acordó de que  alguien le puso un pañuelo que olía muy mal en la boca y se quedó dormido, supongo que a Peter, a Claire y a nos pasaría lo mismo.
No sabíamos cuanto tiempo había pasado. Teníamos mucha hambre, pero nadie venia a traernos nada, y también teníamos frío,  por eso nos apretujamos los unos contra los otros para darnos calor, mami me hizo eso una vez que se estropeó la calefacción en casa.
Me toqué la oreja porque me dolía, la sentía mojada  y comprobé con mucha pena que uno de los pendientes que me había regalado tito Jacob se me había perdido.  Si ya me decía siempre mi mami que tuviera cuidado y no se me perdieran.
También teníamos mucho miedo, ¿serian los mismos señores malos que nos habían hecho daño en Jacksonville?,  ¿sería esa señora que no dejaba que mi papá  y mi mamá estuvieran juntos?
Papi, mami¿dónde estáis?, no me dejéis solita. Papi tu eres un héroe,  tienes que venir a por mí. Los héroes vienen a rescatar a los niños que están en peligro y nosotros estábamos en peligro, no sé porque lo sabía pero lo sabía. De repente una puerta se abrió, nosotros nos apretamos más entre y Claire se puso delante de nosotros para protegernos
Supongo que tendréis hambre nos dijo  esa señora tan  guapa que habíamos conocido antes, la que decía que era novia de un  compañero  de mi padre. Todavía llevaba el mismo vestido que en la fiesta, pero ahora se mostraba  muy antipática mientras nos dejaba  una bandeja con cosas en el suelo.
¿Qué estás haciendo?preguntó otro señor que entró detrás de ella.
Tendrán que comer ¿no?dijo la señora.
¿Y para qué?contestó ese hombre—. Ya sabes lo que ella nos ha dicho qué  tenemos que hacer en cuanto Renata, su hija,  llegue.
 —No estoy muy convencida de esodijo la mujer–, además son hijos de policías, les estarán buscando por todos lados. Ya sabes cómo son los policías, se protegen entre ellos y si les haces algo a uno,  todos van a por ti como animales.
Pues ya es muy tarde para arrepentirse,  cariño. Charles y Mackkena han tenido que encargarse de esos dos que andaban tras su pista, pero esos ya no lo cuentan ja, ja,ja, han ido directos al precipicio, ja,ja,ja . Vamos no te pongas melancólica, Renata vendrá en seguida y te aseguro que estos cuatro no verán amanecer de nuevo. ¿Y qué? preguntó mirando a Claire–, ya tendrás menos humos cuando acabe contigo antes de liquidartedijo acercándose a ella de forma muy rara y Claire se enderezó y se quedó mirándole como si le desafiara.
Son solo unos niños,  no entiendo a esa mujer, ¿qué le han hecho?
No lo sé, yo no hago preguntas, solo cojo el dinero y corro.
Déjales la bandeja.
 —Bueno vale. De nada les va a servir, salvo para irse al otro barrio con el estómago lleno.
La mujer nos dejó la bandeja en el suelo. Salieron los dos de allí y nos volvimos a quedar solitos. Claire  se acercó a coger la bandeja y la puso en medio de los cuatro. La comida no estaba buena y además estaba fría, no era la de mi mamá ni la de abu Renée, ni la de tía Rose. Pero nos la comimos porque teníamos hambre, mucha hambre ¿Qué era eso que habían dicho?, ¿por qué no veríamos otro amanecer?, ¿a qué barrio nos iban a mandar?, ¿nos llevarían lejos de aquí y no volvería a ver ni a mi papi, ni a mami ni a ninguno de mis tíos y abus? Mamipapi¿dónde estáis?, venid a por nosotros, estamos solitos, tenemos hambre, sueño y frío. Papime prometiste que me enseñarías a montar en esa bici tan bonita que me trajo Papa Nóel, nunca aprenderé a montar, nunca podré estar en ninguna foto en ese marco que Papá Noel  le había regalado a mami a petición de mi papi, seguro que pondrían la foto de otro niñotendrían otro niño y se olvidarían de mino, no, no, mami y papi me quierenno pueden olvidarme.

un ruido detrás de y al volverme me di cuenta de que alguien intentaba entrar por la ventana que había en la parte de más arriba. Claire se levantó de inmediato y en ese momento se escuchó cómo se rompía el cristal y alguien abría la ventana para entrar. Cuando le reconocí me puse muy contenta, llevaba todavía aquel traje con el que estaba tan guapo y su medalla, pero el traje estaba manchado, roto, sucio y lleno de sangre y él también tenía sangre en las manos y en la cara. Seguro que se  había manchado y se había hecho daño buscándonos. Estaba  muy feliz de verle, ahora mi papi nos sacaría de aquí y volveríamos a casa. Iba a decirle algo, cuando se puso sus dedos en la boca para  que nos calláramos. Se acercó a nosotros y nos dijo muy bajito que no hiciéramos ruido, que no tuviéramos miedo, que nos ayudaría a salir de allí, pero que tendríamos que hacer lo que nos dijera. Los tres dijimos que sí, mientras Claire ya estaba viendo la manera de subirnos hacia la ventana.
Mi papi, se sentó en la ventana con una pierna hacia dentro y otra hacia la calle y le dijo a Claire que nos alzará en brazos para que él nos pudiera coger y que tío Emmett nos esperaba al otro lado de la ventana cosa que a mis sobrinos les hizo ponerse contentos también pues su papi había ido a por ellos. Claire cogió primero a mi  primo Tony  porque era el mayor y el  más alto y podría ayudar a su papá a bajarnos al suelo de la calle. Peter dijo que él iría después para así ayudarme a que era la más bajita, papá  nos dijo que él no podía haberlo organizado mejor y nos sonrió con esa sonrisa tan bonita que tenía y eso me dio ánimos, podría salir de allí y ver a toda mi familia de nuevo.
Buscamos por todos los lados y al final encontramos una especie de sillita, la cogimos y la llevamos hasta el sitio donde estaba la ventana.  Claire se subió a la silla y cogió primero a Tony e intentó alzarle hasta que sus piernas tocaban sus hombros y Tony  estiró mucho sus brazos para que papi lo cogiera. Mi primo consiguió llegar hasta la ventana, antes de saltar se espero a que Peter subiera, le costó un poco más subir porque era más pequeño. A ver qué tal se me daba a mí. Cuando Peter estuvo arriba,  Tony saltó hacia fuera. Ahora me tocaba a mí. Claire me cogió en sus brazos y me alzó igualmente hasta que mis pies tocaban su cabeza,  yo estiré mis bracitos todo lo que pude, papi se tuvo que agachar más que cuando cogió a mis primos y casi se cae, pero se sujetó me sujetó a y me subió y cuando me tuvo en sus brazos me dio un abrazo muy grande con  muchos besos, le daba gracias a Dios, me decía que me quería,  que era su princesa y noté como se me mojaba el cuello ¿estaba mi papi llorando? Miré hacia la calle donde ya estaban mi tío,  Tony y Peter esperándonos. No estaba muy alto. Papi me preguntó si tenía miedo. Sí lo tenía, tenía mucho miedo pero había que hacerlo. Pensé en mi mami y en toda mi  familia y que pronto volvería a verlos. Mami me había dicho que tenía que pensar en cosas bonitas cuando había que hacer algo que me daba miedo pero era necesario, como cuando Nessie me sacaba sangre porque estaba malita. Pensé en mi bici nueva y en mi papi enseñándome a montar en ellay salté. Me hice un poco de sangre en la manita al caer, pero me aguantaría, era una niña grande como me decía mi mamá.
A Claire le costó un poco más subir porque no tenía quien la alzara y oía como mi papi le  iba indicando por donde trepar, al final lo consiguió. Cuando todos estuvimos en la calle, papi me volvió a abrazar con fuerza y él  tío Emmett abrazó también a sus hijos. Nos dijeron que no hiciéramos ruido para que no se enterasen los señores malos que estaban vigilando la casa en la parte de afuera. Cuando nos escapábamos vimos como un coche se detenía en la  casa y salía una señora que yo conocía y mi papi también por la cara que puso, seguro que era la que venía para llevarnos a ese barrio donde no veríamos eso del amanecer. Menos mal que papi había llegado para sacarnos de allí.
Muy despacito y sin hacer ruido nos fuimos alejando de aquel sitio, parecía que habíamos ido hacia  un bosque porque no se veían  casas alrededor. Papi nos dijo que no nos separáramos y procuráramos no soltar de la mano a Claire, a la que le habían dado una pistola de esas. Me cogió un momento de la cabeza y me tocó la sirenita que él me había regalado antes y sonrió dándole un besito ¿por qué hacía eso? Caminamos durante mucho rato.  Peter y yo tropezábamos mucho con las ramas y las piedras que había por el suelo,  papi me cogió en brazos y tío Emmett cogió a Peter, Tony seguía de la mano de Claire y los tres llevaban en la mano las pistolas esas. Yo no cuánto tiempo estuvimos andando pero de repente llegamos a una carretera. Seguimos andando por ella  para ver, según decían papi, el tío y Claire, si pasaba algún coche pero había que andarse con cuidado no fuera el coche de los señores malos y nos cogieran otra vez.
 Papi y el tito le  contaron  a Claire que les habían asaltado por el camino y habían tenido que salir del coche de un salto antes de que éste cayera al barranco donde se había quedado totalmente inservible. Le enseñó a Claire un extraño aparato que llevaba en la mano y que según él le había servido para encontrarme diciéndole que gracias a dios no se había roto con el impacto al saltar.
Antes de conseguir que pasara algún coche,  llegamos a un  sitio de esos donde puedes echar gasolina y comer. Papi nos llevó hasta allí porque pensaba que  podría llamar para que viniera a por nosotros.
Por favor señorita, si es usted tan amableescuché que le decía mi papi a la camarera—.  Nos hemos perdido y los niños  están hambrientos y asustados, ¿podría darles algo de comer y un cacao caliente?
La camarera se metió dentro y salió con seis platos de comida, esa que debía estar buena, y nos entregó uno a cada uno. Le dio a papi, al tío y a Claire un café y a nosotros un vaso de cacao a cada uno.
—¿Son esos niños?le preguntó  a papi, los que salen en las noticias ¿verdad?, los hijos de los policías. Tendrán que matarme  si piensan que les  voy a dejar salir de aquí con ellosles dijo la mujer con otra pistola de esas en la mano, de esas que papa, abu y tito Emmet utilizan  para detener a los malos,  de esas que hacen ruido, papi la pone muy alto y le saca algo de dentro, me dijo que no podía tocarla, que me haría daño.
Comprendo que no me creale dijo papi, pero nosotros somos sus padres, los policías de los que habla la televisión. Aquí están nuestros nombres y el número de placa. Yo soy el Teniente Edward Masen —le dijo enseñándole algo— y este el Teniente Emmett Swan  —Tío Emmett también le enseñó algo muy parecido—. Nos han asaltado para evitar que llegáramos hasta los niños y nos han dado por muertos, lo cierto es que estamos vivos de milagro gracias a que hemos podido saltar del coche a tiempo, pero puede averiguar la verdad si llama usted misma a cualquier comisaria de policía, les da nuestro nombre y número de placa y les dice que estamos aquí con los niños. Pídales  que vengan deprisa por favor. No podemos utilizar nuestros móviles porque corremos el riesgo de ser descubiertos y nuestro coche ha quedado inservible en el fondo de un barranco. Ya se habrán dado cuenta de que los hemos sacado de allí, nos deben estar persiguiendo.
Y yo soy agente especial del FBI, aquí tiene mi número de placa y mi identificacióndijo Claire enseñándole una especie de carterita—,   mi obligación era proteger a los niños.
La mujer se fue detrás de eso que llaman mostrador y volvió con un teléfono en la mano.
Le creo señor, llame usted mismole dijo dándole el teléfonopero déjeme que le eche un vistazo a esa herida antes,   se ve muy fea.
Muchas gracias, esto
Randall, puede llamarme Randall, es mi apellido y todo el mundo me llama así  —contestó la mujer mientras le curaba a mi papi la herida y se la vendaba como hacía mi mamá.
Papi se puso a llamar por teléfono mientras la mujer se sentaba a nuestro lado y nos decía si queríamos comer más. Parecía simpática y amable. Oímos como Papi le pedía el nombre del sitio para que puedan venir a buscarnos.
Bueno Randall, si nos aguanta un poco más, pronto vendrán a buscarnos.
No es molestiadijo Randall. Pobres niños,  todo el mundo les está buscando. Dicen que han sido víctimas de un secuestro, ¿cómo es posible?, ¿quién puede ser tan malo como para querer hacer daño a un niño?

Créame Randall, ni yo mismo me lo explico, en  toda mi  vida como  agente de policía he visto tanto odio y tanta maldad y mire usted que he visto cosas. Pero hay toda una historia detrás de esto.
Agentedijo mirando a Claire, parece que tenemos la misma talla y lleva la ropa muy rota, venga conmigo le prestaré algo. Ojala tuviera algo también para vosotrosnos dijo.
 —Gracias.
De repente se escucharon unos ruidos como de coches
¿Ya están aquí!grité  entusiasmada y mis primos gritaron también, pero el tío  nos silenció.
Estamos en Canadá, no es posible que hayan llegado tan pronto, ni con un avión o un helicóptero podrían haberlo hecho.
Métanse  dentronos pidió Randall—,  atenderé al que venga.
Papi, el tío y Claire nos cogieron  y nos llevaron detrás de la tienda donde  nos quedamos escondidos.
—¿Que desean tomar?preguntó Randall a los que acaban de entrar.
  ¡Qué no fueran los señores malos por favor!, pero me aterré cuando aquella voz. Era la del hombre que dijo lo del amanecer.
Tres cafés si es tan amable.
¿Por casualidad no habrá visto pasar por aquí a tres niños pequeños como de unos cinco años?preguntó una mujer y mi padre en ese momento se puso muy enfadado gruñendo por lo bajo y diciendo algo así como malditas seas Renata–, son mis hijos, se han perdido y a lo mejor han pasado por aquí y como tenían hambre.
No, ningún niño ha entrado hoy en mi establecimiento que yo recuerde y supongo que a esos si estaban solos y dice usted que son trillizos si los recordaría.
Yo no he dicho eso —comentó la mujer enfurecida
Perdonelosientopidió perdón Randall—, habré entendido mal,  como usted  dijo que eran tres y tenían cinco años y los tres eran sus hijos,  bueno pues pensé
 —Pues pensó usted maldijo la señora que parecía muy enfadada—.  Sí, que son mis hijosdijo la mujer otra vez con la voz más calmada—, solo es que le he dicho una edad orientativa, uno tiene seis años la otra cinco y el mayor siete, ¿de verdad que no los ha visto? La niña tiene unos  hermosos cabellos cobrizos y los ojos color chocolate.
Como sabría esa señora todo eso si no me conocía, me dije yo.
Pues no durante mi turno que ha empezado sobre las ocho hará unas tres horas —dijo Randall
Bueno, pues si los viera póngase en contacto con este número de teléfono, se dará recompensadijo de una forma muy extraña, ¿qué sería una recompensa?
Cuando se marcharon Randall entró a donde nos habíamos escondido y nos dijo que ya podíamos salir. Pero de repente se oyeron de nuevo esos ruidos y todo se volvió oscuro como si alguien hubiera apagado las luces.
que estáis ahídijo la voz del hombre—. Señorita,  disimula usted muy mal, pero si nos los entrega no  le pasará  nada,  solo tenemos órdenes de llevarnos a los niños. Entréguelos y seguirá con su vida como si nada.
Sobre todo teniendo en cuenta que les has visto la cara —dijo tío Emmett—.  ¿Hay alguna puerta trasera por donde podamos escapar?
Sí, venid conmigo.
Como pudimos, pues estaba todo muy oscuro, y sin hacer ruido llegamos a una puerta que Randall abrió y nos hizo salir a todos por ella.
—Mi coche está aparcado afuera, sin tan solo pudiéramos llegar hasta élnos dijo. 
¿Exactamente dónde está?preguntó mi papi.
Allíseñaló Randall–, es aquella camioneta de allí.
Quedaros aquí con Claire y con el tío Emmett. Supongo que las llaves estarán puestas en el contacto.
Estad todos preparados, cuando veías que vengo y abro la puerta,  todos adentro lo más rápido posible.
Le vimos como se marchaba y nos quedamos quietecitos y en silencio. Claire  dijo que los señores debían de estar buscándonos por toda la tienda y no tardarían en llegar aquí, así que nos dijo que estuviéramos muy callados y nos escondimos detrás de unos sacos. Toqué a  Peter y noté que estaba temblando también al igual que yo.
De repente se oyeron unos pasos que parecían venir hacia nosotros. Eran ruidos como los que hacían mami, tita Alice o  tita Rose al andar. Se acercaban hacia aquí, Claire y tío Emmett cada vez nos apretaban más y miraban hacia la puerta abierta a ver si venía al coche. Y al mismo tiempo intentaban abrir los sacos. De repente una linterna nos enfocó, al tiempo que el claxon de un coche sonaba en la oscuridad. Claire, le dio a la mujer una patada y le tiró lo que fuera que contenían lo sacos pero que la hizo estornudar y  aprovechamos para salir corriendo hacia el coche. Se oían ruidos, muchos ruidos como los que ya conocía, muchas voces, alguien gritaba y otros chillaban y nosotros corríamos lo más deprisa posible. Papi ya nos tenía abierta la puerta trasera mientras hacía  mucho ruido con la pistola, al igual que tito Emmett y Claire que iban cubriéndonos con su cuerpo. Claire nos empujó y se metió con nosotros como pudo y el tío Emmett entró al lado del conductor y salimos corriendo muy deprisa de allí.
Mirad a ver si nos persiguen.
Un coche viene detrás de nosotros  —dijo Claire y papi empezó a correr más deprisa con el coche. De repente oímos el mismo ruido que hace el coche que papá y tito Emmet utilizan para trabajar cuando pone una cosa con una luz en el techo.
Es una patrulla de policía.
O eso pretenden hacernos creer  —dijo Emmett—. Randall, ¿cómo se llega hasta el pueblo y hasta la comisaria?le preguntó.
—Es por allídijo señalando a un lugar.
El coche corría mucho y a me daba miedo, pero más miedo me daban aquellos señores que iban detrás de nosotros haciendo ruido con esa luz del techo. Llegamos a un pueblo como Forks, lo supe porque había muchas casas al igual que allí. Papi se detuvo delante de un sitio igual al que él y tito Emmet trabajaban. Nos sacaron del coche  y entramos dentro, pero no había nadie.
Menos mal que se les ha ocurrido venir aquídijo una voz detrás de nosotros, y cuando me volví era un señor que vestía igual que mi papa cuando  trabajaba y que entraba por la puerta en ese momento seguido de otros dos que llevaban a esos señores malos con las manos atadas por detrás—. ¿Por qué no se han detenido cuando nos han visto? Soy  el agente Dwyer, Phil Dwyer, y este es mi compañero Benjamín —le dijo a mi papi enseñándole una placa y éste guardó su pistola en un bolsillo. Randall le dijo que confiara que era verdad,  pues ella los conocía
Me llamo Edward Masen, soy Teniente de la policía y padre de esta niña. Este es mi hermano Emmett, padre de los niños y ella  es  la agente especial del FBI encargada de  su custodia. Hablé con mis compañeros por teléfono desde la estación de gasolina.
Sabemos quién es usteddijo Benjamín—. Un tal agente Black del FBI, nos puso al tanto de la situación y nos pidió que acudiéramos a ayudarle en la gasolinera mientras ellos llegaran. Cuando llegamos esos cinco estaban atacándoles. Les detuvimos, les metimos en el coche patrulla y salimos detrás de ustedes, les dimos el alto pero no se detuvieron.
Perdóndijo mi papi, pero mi experiencia me dice que no hay que fiarse
—Hizo usted bien —contestó el tal Philp Benjamín porque no vas al bar de la esquina a por un cacao para estos tres niños tan guapos. ¿Queréis algo?preguntó a los demás.
No gracias, estamos bien.
Bueno ya están a buen recaudo y a la espera de que el FBI se los lleve —dijo otro policía que no de donde había salido.
Según nuestros informes se trata de Royce King y su esposa Altea King. La otra no sabemos quién es todavía y, claro, ella no colabora pero lo vamos a averiguar en seguida. Royce y Altea, están perseguidos en varios estados y nunca se les había echado el guante, por lo visto están especializados en secuestros que buenono acaban muy bien y con el agravante del que el hombre suele abusar sexualmente de sus víctimas  femeninasdijo mirándonos a nosotros con una cara rara, ¿qué seria eso?,  suelen trabajar mucho a las órdenes de Aro y Cayo Vulturi, que por lo que sé están detenidos junto  a su hija. Pero por lo visto ninguno de ellos dio la orden directamente, según nos contó Altea en la patrulla a ellos les contactó una mujer a través de su cuñada. Estos muchachitos han tenido suerte de contar con su padre y su tíodijo el que se llamaba Riley. Los otros dos pertenecen a su banda y también están fichados, se les conoce como Charles y Mackena,  pero no se sabe su apellido.
Parece ser que sus compañeros han detenido en Seattle a una tal María que se había infiltrado en el baile y estaba disfrazada de policía. Una de las agentes heridas en el atentado,  la señaló antes de caer inconsciente del todo y  otro de sus compañeros se dio cuenta de que nadie la conocía ni nadie sabía quién era, la han detenido, ha pasado a disposición policial y está siendo interrogada. Ella misma nos ha dado los nombres de Royce, su esposa de Charles y de Mackena, pero no hay forma de averiguar quién es la otra mujer, María se niega a dar su nombre. Dice que primero le tienen que garantizar seguridad. Es muy lista, sabe que esos cuatro están fichados y vamos a averiguar en seguida quiénes son y así ella gana tiempo.
La otra mujer que tienen detenida aquí se llama Renata, Renata Vulturi, es hija de Cayo Vulturidijo mi padre con una cara de muy enfadado—. Estoy totalmente seguro de que todo esto ha sido por orden suya o de su hermano aunque no me extrañaría que su esposa fuera la mujer que les contactó.
Mis compañeros y  yo los estábamos protegiendo y  de repente, todo sucedió muy rápidoexplicaba Claire—, lo último que es que vi como mis  compañeros caían al suelo abatidos por los disparos y que a los niños y a nos drogaban y supongo que nos metieron en un coche, creo que pensaron que era su niñera y que por tanto no representaba más peligro para ellos. ¿Sabéis que tal están?
No te voy a mentirdijo el tío–, cuando nos íbamos de allí estaban bastante mal. Rachel consiguió llegar arrastrándose por el suelo y gracias a ella nos enteramos de lo que había pasado. Llegó como pudo hasta nosotros para avisar,  pero había perdido mucha sangre  y  Paul y Jared cuando llegamos hasta ellos ni siquiera se movían.
Por Dios bendito, ojalá  estén bienexclamó Claire muy angustiada–, a mi no me dio tiempo nada más que a ponerme delante de los niños, cuando desperté estaba en donde nos encontrasteisles dijo a mi papi y al tío—. Pero yo reconozco a esa mujer, Altea, estaba en el baile haciéndose pasar por la novia de un compañero vuestro, se acercó a hablar con los niños junto con otra mujer que se hacía pasar por agente de policía    y amiga de ella, supongo que es la que han detenido, debía de estar infiltrada como la otra y que Renata les facilitó la entrada.
Benjamín volvió con una bandeja en la que traía nuestros cacaos. Me lo tomé muy a gusto pues aunque hacia poco que había tomado otro,  tenía mucho frío. Benjamín  nos trajo también un bollito que agradecí pues sentía  tanta hambre como frío. Mis primos estaban a mi lado muy callados y comiendo.
Un ruido se oyó en la distancia y los policías y nosotros salimos al exterior. Eran dos aviones de esos pequeñitos que tienen como unas alas de mariposa en la parte de arriba. Aterrizaron en un sitio que según vi estaba hecho para que aterrizaran allí.
Cuando las alas esas que tenían habían dejado de moverse se abrieron las puertas y de ellas salieron las personas que estaba deseando ver y que había echado mucho de menos y a las que pensé que no me iban a dejar volver  ver. Mami se abalanzó sobre   y la tía Rose sobre mis primos. Mami  me abrazó  con mucha fuerza, no me dejaba respirar pero no me importaba, papá llegó entonces hasta donde estábamos y nos abrazó a las dos. como le decía a mamá cosas para que se tranquilizara,  le pedía perdón por dejarla sola. Le pedía que comprendiera que tenía que ir a por su hija,   que no podía esperar a que otros la encontraran. Que él me había encontrado gracias a mi ¿sirenita? Y mientras decía todo esto, nos daba besos a y a ella mientras caíamos al suelo. Mami le contestaba que todo estaba bien, que la que tenía que agradecer era ella, que había hecho bien,  que yo era antes que nada. Les oía que lloraban y me decían cosas muy bonitas. A mi lado mis tíos hacían lo mismo con mis primos. Yo los miré muy contenta, volvía a estar con mis papis, y mis titos, ellos habían venido a por nosotros, volvería con ellos a Forks, vería de nuevo a mis abus, a tita Alice y tito Jasper, y papá me enseñaría a montar en la bicicleta que me había traído Papa Noel y podría estar en ese marco tan bonito de fotos.  ¡Qué feliz era de estar de nuevo junto mis papis!





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